CIUDADES IMPERIALES II

Conocida como la «Perla del Danubio» es una urbe fluvial, donde el Danubio adquiere una solemnidad que le convierte en el emperador de los ríos europeos. El Danubio divide a la capital húngara en dos ciudades: Buda y Pest. Buda: Que se eleva sobre la orilla del Danubio, dominando la ciudad el denominado Bastión de los pescadores, declarado por la Unesco Patrimonio de la Humanidad, El Castillo y la Iglesia de Nuestra Señora más conocida como Iglesia Mathias, en ella tuvieron lugar varios acontecimientos históricos como la coronación de Segismundo de Luxemburgo y de reyes posteriores. Frente a la iglesia se alza el antiguo Ayuntamiento. Cruzando por el puente más famoso, el Puente de las Cadenas, llegamos a la otra ciudad. Pest: Con el Palacio Real, con sus amplios jardines y magnífico mirador, junto con la Galería Nacional y el Museo de la Historia y su principal monumento el Parlamento Húngaro. En la amplia avenida que parte del Danubio se encuentra la enorme Plaza de los Héroes, en cuyo centro se eleva un enorme obelisco coronado por el arcángel Gabriel y rodeado por las estatuas de los siete líderes magiares. Otros monumentos importantes en el lado de Pest son la tumba del soldado desconocido, la Basílica de San Esteban, la Ópera, o el Museo Nacional, uno de los más importantes de Europa.

Fundada por el rey Carlos IV en el siglo XIV, se sitúa en la región histórica de Bohemia, a 100 kilómetros al oeste de Praga, es una de las ciudades másconocidas de la República Checa, no solo por su Festival Internacional de Cine, sino también por su baños termales y su histórica arquitectura. Las aguas de su balneario tienen efectos curativos sobre el sistema nervioso, riego sanguíneo y glándulas de secreción interna. Desde su fundación ha sido frecuentada por personajes ilustres, por ejemplo el Zar Pedro I el Grande de Rusia, la Emperatriz María Teresa de Austria, Goethe, Betthoven, Bach, Chopin o Marx. La ciudad todavía conserva sus aires victorianos, con elegantes complejos y bulevares rodeados de grandes parques.

Es como la historia hecha realidad, ciudad-museo donde se une el pasado con la modernidad. En lo que se refiere a interés turístico y cultural se divide en varias zonas: Hradcany (Castillo de Praga) con el Castillo, la Catedral de San Vito, la Iglesia de Loreto y la Iglesia de San Jorge y el Callejón de oro; Mala Strana (ciudad pequeña) uno de los barrios más antiguos de la capital con la mayoría de sus edificios de estilo barroco como la Plaza de la Ciudad Pequeña, Iglesia de San Nicolás, Iglesia de Santo Tomás; Stare Mesto (ciudad vieja) primer asentamiento de la ciudad y la parte más histórica, con la Plaza de la Ciudad y su famoso Reloj Astronómico, la Iglesia de Nuestra Sra. de Tyn, el Puente de Carlos; Nove Mestro (ciudad nueva) con la Plaza de Wencesalo, Museo Nacional, Teatro Nacional y la Casa Municipal y Josefov (barrio Judío) con la Sinagoga y el Cementerio Judío. Ofrece una gran vida nocturna con sus típicas cervecerías, restaurantes, discotecas y nights-clubs.

Una de las principales capitales centroeuropeas con una gran historia que nos recuerda al imperio austrohúngaro, Sisí emperatriz, palacios y una gran tradición musical desde Mozart hasta los niños cantores de Viena o su famoso concierto de Año Nuevo. Pero también es una ciudad moderna con gran tradición de elegantes cafés y una bulliciosa vida nocturna.